domingo, 14 de febrero de 2010
lunes, 10 de agosto de 2009
lunes, 3 de agosto de 2009
entre pespuntes, recuerdo lo que recuerdo de Colchani, donde me encontré con unas costureras
Hay cosas que se me olvidaron.
De esa tarde
diez o doce fotogramas
por segundo.
Sería Fidelina la que pedía
perdón al cuerpo tierno
del palto niño
por quitarle del todo
el corazón?
De esa tarde
diez o doce fotogramas
por segundo.
Sería Fidelina la que pedía
perdón al cuerpo tierno
del palto niño
por quitarle del todo
el corazón?
domingo, 14 de junio de 2009
primero
dos tangram son, dos peces globo y dos hipocampos / el monstruo del Lago Ness intenta manyarse al pez globo / gatos muy flacos con moños muy gordos / un barrilete / preparando la emancipación / Plaza Brown / me voy / ventizca, me vuelvo / me voy, me vivo yendo / ella lo verá? / me fui
hola
El sábado a la noche Leti me invitó a espiar por adelantado el trailer de Luisina. Me pareció que Tangram era un nombre buenísimo y que lo próximo nominable que tuviera debería de llamarse así: Tangram. El recuerdo que tenía de ese juego eran unas piezas de madera que mi hermana no quería prestarme y unas actividades en horas de matemática. El Tangram está compuesto por 7 piezas, con la combinación de las mismas se arma una figura.
Me dediqué a coser desde chiquita, muy revoltosamente, al costado de una abuela experta en corte y confección que me daba medias para zurcir con la condición de que la dejara terminar las labores. Ya de grande me dispuse a hacer pequeños objetos en tela, siempre a mano, con retazos que fui consiguiendo. Algunos de las bolsas que tiraba Angelita a la calle, con retales de vestidos de los setenta, bellezas desguazadas, otros que fui hurtando de costureros y rincones de casas amigas. Por más chiquitos que fueran me iban a servir para algo. Me animo a pensar que en cierto sentido los objetos que voy haciendo son en cierta medida, cada uno, un Tangram nuevo, una nueva forma de aristas y vértices hilvanados.
Ahora estoy contenta tengo una idea, hago un Tangram de verdad :)
Me dediqué a coser desde chiquita, muy revoltosamente, al costado de una abuela experta en corte y confección que me daba medias para zurcir con la condición de que la dejara terminar las labores. Ya de grande me dispuse a hacer pequeños objetos en tela, siempre a mano, con retazos que fui consiguiendo. Algunos de las bolsas que tiraba Angelita a la calle, con retales de vestidos de los setenta, bellezas desguazadas, otros que fui hurtando de costureros y rincones de casas amigas. Por más chiquitos que fueran me iban a servir para algo. Me animo a pensar que en cierto sentido los objetos que voy haciendo son en cierta medida, cada uno, un Tangram nuevo, una nueva forma de aristas y vértices hilvanados.
Ahora estoy contenta tengo una idea, hago un Tangram de verdad :)
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